I have written in previous posts some interesting news about the origin of dubbing in Spain.
Now I would like to go back a little further in time (until the late nineteenth century, early twentieth century) to highlight some peculiar aspects of the silent cinema, or maybe not so mute …
In fact the word «silent» does not define exactly what the public at the time witnessed with delight. And far from being literally «mute», this type of cinema was almost a multidisciplinary show with elements of circus, music hall and of course theater.
The cinema was a popular show, screened in theaters with occasional dance numbers and other varieties that complemented the movies such as performances by dancers and comedians. People used to see the movies while having dinner (this has not changed nowadays), smoking or having some drinks with friends. The most showy of all this is that usually the films were accompanied by an orchestra, special effects and occasionally a synchronized phonograph recording (in part) with the images, to give the impression of seeing a real sound film. It was a big show watching films like The Birth of a Nation and Intolerance as its special effects were amazing (thunders, explosions, fire, neighing of horses …)
The explainers «dubbed» in live the characters on the screen, also read the labels (captions) to tell what was going on (remember that many people were illiterate) so as to give a dramatic charge to the development of the film (with Gothic print letter subtitles in horror films, etc).
Also noteworthy is the coloration of the films of this era as using from hand-colored photographic to toning up, was obtained the desired effect for each dramatic situation, e.g. pink for romantic scenes, reds for violent, blue for sea evocations, etc..
So in spite of the fact that how «silent» the cinema in those years was, there is no doubt that attending to these projections was a very voiced show.Ya he comentado en entradas anteriores algunos datos interesantes sobre el origen del doblaje en España.
Ahora me gustaría retroceder un poco más en el tiempo (hasta finales del siglo XIX, principios del XX) para destacar algunos aspectos curiosos sobre el cine mudo, o quizá no tan mudo…
A decir verdad la palabra “mudo” no define exactamente lo que lo que el público de la época presenciaba con deleite. Y es que lejos de ser literalmente “mudo” este tipo de cine era un espectáculo casi multidisciplinar con elementos propios del circo, music-hall y por supuesto del teatro.
El cine era un espectáculo popular, proyectado en teatros junto con ocasionales números de baile y otras variedades que complementaban las películas como las actuaciones de bailarinas y cómicos. La gente veía las películas mientras cenaba (eso quizá no haya cambiado tanto en la actualidad), fumaba o tomaba una copa con amigos.
Lo más llamativo de todo es que la mayoría de las veces las películas iban acompañadas de una orquesta, de efectos especiales sonoros y en alguna ocasión de una grabación fonográfica sincronizada (en parte) con las imágenes, para dar el efecto de estar viendo un auténtica película sonora. Era todo un espectáculo ver películas como El nacimiento de una nación o Intolerancia ya que sus efectos especiales eran increíbles (truenos, explosiones, fuego, relinchos de caballos…)
Los explicadores “doblaban” en directo a los personajes de la pantalla, también leían los rótulos (subtítulos) para narrar lo que estaba pasando (recordemos que mucha gente era analfabeta) así como para dar una carga dramática al desarrollo del film (subtítulos con letras góticas en películas de terror, etc).
También es destacable la coloración de las películas de esta época ya que utilizando desde coloreados a mano hasta virados fotográficos se conseguía el efecto deseado para cada situación dramática; por ejemplo tonos rosas para escenas románticas, rojos para violentas, azules para evocaciones marítimas, etc.
Así que por muy “mudo” que fuera el cine en estos años, no cabe duda que asistir a estas proyecciones era todo un espectáculo muy sonoro.